Las Educadoras de Trato Directo, están con nuestros niños las 24 horas del día. Se relacionan directamente, los contienen. Las educadoras, juegan un rol fundamental en su crecimiento y superación.
Cuando un niño, niña o adolescente ingresa a una de nuestras residencias, existe una persona que acoge, que le presenta a sus compañeros, le muestra dónde va a estar, le enseña los recursos con los que va a contar, las formas en que funcionamos, cuál es el reglamento interno, le da una bienvenida y está disponible para él o ella en un momento tan difícil y complejo como ese; esa persona, es la Educadora de Trato Directo (ETD) o más amorosamente conocida como “la tía”.
Ellas, son las personas que están en el cotidiano con los niños y niñas, acompañándolos y generando el vínculo como un espacio reparatorio y terapéutico, que permite resignificar las vivencias de vulneración y los contextos vulneradores en los que han estado. Las educadoras se vuelven sujetos de re-significación.
Ellas, en su forma de acercarse, acompañar y contener, van modelando y mostrado nuevas alternativas relacionales a los niños, que concretizan muchas veces los objetivos terapéuticos que se proponen las residencias, entorno a la forma en que se quiere reconstruir los propios límites de los niños, reconstruir las formas de relacionarse, validar sus sensaciones y sus sentimientos.
“Nosotros desde hace unos años, hemos ido transitando progresivamente a que las educadoras se conformen en equipos con los Coordinadores de Vida Cotidiana, para diseñar desde los tonos y las formas, hasta los ritmos de las actividades que se desarrollan todos los días, para que los niños y niñas puedan estar en lugares estructurados, cálidos, acogedores”, comenta Claudia Fischer, Jefa Técnica de María Ayuda.
Carmen Gloria Pizarro trabaja como ETD en el hogar San José de la ciudad de Ovalle desde hace 10 años y para ella su labor con los niños es sin duda una de sus grandes motivaciones. “Me cuesta entender que ellos, siendo tan chicos, hayan sufrido maltrato y por lo tanto sean víctimas de vulneración de sus derechos, por lo que pertecener a María Ayuda me ha dado la posibilidad de aportar y tener la responsabilidad de apoyarlos en su recuperación, lo cual valoro enormemente”.